El expresidente hondureño Juan Orlando Hernández, condenado en Estados Unidos a 45 años de cárcel por narcotráfico, fue liberado este lunes luego de recibir un indulto total por parte del presidente Donald J. Trump Según los registros del Buró de Prisiones de EE. UU., Hernández salió de la penitenciaría federal en Hazelton, Virginia Occidental, y su esposa, Ana García de Hernández, publicó en redes sociales un mensaje de gratitud hacia Trump.
Hernández había sido extraditado a Estados Unidos en abril de 2022, pocos meses después de dejar el poder en Honduras, y en marzo de 2024 un tribunal de Nueva York lo condenó por conspiración para importar cientos de toneladas de cocaína y por delitos relacionados con armas.
El perdón presidencial fue anunciado el 28 de noviembre de 2025, cuando Trump publicó en su red social que otorgaría un “indulto completo y total” al exmandatario, argumentando que muchas personas respetables consideraban que había sido tratado injustamente. El anuncio generó una ola de reacciones: algunos sectores celebran la liberación como un acto de justicia, mientras otros protestan denunciando que esto debilita la lucha contra el narcotráfico y podría enviar un mensaje de impunidad.
Aunque Hernández recuperó su libertad, su situación legal no está garantizada: podría enfrentar nuevas investigaciones en Honduras, y su indulto reaviva debates sobre el uso del perdón presidencial en casos de narcotráfico de alto perfil. Además, la liberación ocurre en medio de un complejo panorama electoral en Honduras, donde Trump ha manifestado su apoyo a un candidato conservador, lo que añade una arista política internacional al caso.
En definitiva, la liberación de Juan Orlando Hernández marca un giro inesperado en un caso judicial que había captado atención global, y reabre el debate sobre narcotráfico, justicia, impunidad y relaciones internacionales entre Estados Unidos y Centroamérica.
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